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¿Terremotos
provocados por una tecnología militar extranjera? El Programa de Investigación
de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP) ha sido objeto de numerosas
hipótesis, algunas más justificadas que otras. Chile es un caso ejemplar para
analizar.
La información oficial indica que HAARP es un proyecto de
investigación financiado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, cuyo rol es
monitorear los efectos de ondas radiales sobre la ionósfera. La base del
proyecto se encuentra ubicada en Gakona, Alaska, donde una red de 180 antenas
dirigidas al cielo funcionan como un “calentador ionosférico”.
Bernard Eastlund, físico de la Universidad de Columbia que
trabajó en la construcción de HAARP, fue uno de los principales críticos de la
tecnología antes de su muerte. Por una parte, el científico acusó al gobierno
de haber robado sus patentes para desarrollar el proyecto y ocultar su
verdadero propósito: manipular el clima y deshabilitar satélites para uso
militar.
“La modificación del clima es posible, por ejemplo,
alterando patrones de viento de la alta atmósfera o alterando patrones de
absorción solar”, versa la patente
4.686.605 del 11 de agosto de 1987, consistente en un dispositivo para
afectar la atmósfera, ionósfera y magnetósfera de la Tierra.
Las denuncias de Eastlund han sido recogidas por el hijo de
un ex parlamentario de Alaska y co-autor del libro Angels Don’t Play This
HAARP de 1995, Nick Begich, quien sostiene que el proyecto está siendo
utilizado para manipular el medioambiente a través de sus ondas
electromagnéticas.
En respuesta a Begich, el científico de HAARP, Umran
Inan, declaró
a la revista Pop Science que el investigador está errado en sus
razonamientos y que la intensidad de las antenas en cuestión “es muy pequeña”.
Sin embargo, otro miembro del proyecto que participa en el Laboratorio de
Investigación de Vehículos Espaciales de la Fuerza Aérea, el Dr. Paul
Kossey, admitió
en una entrevista de 2008 que la tecnología es capaz de “encender la
atmósfera”. Sin lugar a dudas, el programa se caracteriza por su alto
secretismo, impidiendo tener las cosas claras sobre sus reales propósitos.
¿Terremotos provocados?
Sumándose al escepticismo que rodea HAARP, se ha levantado
incluso la hipótesis de que el proyecto gubernamental podría gatillar
terremotos, más allá de generar huracanes o cambios climáticos. Para evaluar la
posibilidad de que tal función exista, debemos remitirnos a declaraciones
emitidas por William S. Cohen, ex secretario de Defensa de Estados Unidos,
advirtiendo sobre esta capacidad militar en el año 1997.
“Hay ciertos reportes, por ejemplo, de que algunos países
han tratado de construir algo como un virus del Ébola (…) Otros incluso están
participando en una clase de eco-terrorismo mediante el cual pueden alterar el
clima, provocar terremotos, volcanes (en erupción), remotamente a través del
uso de ondas electromagnéticas”, manifestó
Cohen en un comunicado de prensa.
En el contexto de esta posible confrontación de países a
través de armas secretas, el líder del Partido Liberal Demócrata de Rusia
(LDPR), Vladimir Zhirinovsky, causó
controversia en 2011 cuando amenazó a Estados Unidos y la ONU con
“nuevas armas de las que nadie sabe”, capaces de causar tsunamis y otras
catástrofes, si los países de occidente bloqueaban el ingreso del país ruso a
la Organización Mundial de Comercio.
Por su parte, científicos de la NASA anunciaron en junio de
2008 el descubrimiento de una “conexión cercana entre perturbaciones eléctricas
en el borde de nuestra atmósfera y amenazantes sismos en la tierra”, según informó la BBC. Cabe
preguntarse si esto podría ser obra de HAARP o algún otro factor que
desconocemos.
El caso chileno
Luego de la catástrofe del 27 de febrero de 2010 y el
posterior remezón social en Chile, internet se plagó de teorías que sostenían
la participación de HAARP en la tragedia. Algunos
videos mostraban la aparición de luces extrañas en los cielos. Un
fenómeno similar fue observado en Perú (terremoto de 2007) y explicado en
varios blogs como un evento natural denominado triboluminiscencia,
un efecto visual generado por la presión mecánica entre minerales. Parte de la
explicación y otras teorías científicas son abordadas en un análisis del
geólogo peruano Miguel Vera (ver
aquí).
A juicio de este autor, es importante considerar todos los
elementos sobre la mesa para elucubrar una hipótesis conspirativa razonable
sobre la participación de HAARP en los últimos sismos que han sacudido al país.
Primero que todo, debemos mencionar que Chile es un país sísmico por
excelencia, ya que se encuentra ubicado en el Cinturón del Pacífico, un sector
especialmente propenso a la actividad telúrica.
La pregunta que todos debemos hacernos si aceptamos la
posibilidad de que HAARP esté detrás de los terremotos es muy simple: ¿cuál es
el fin que se estaría buscando por parte de Estados Unidos u otras potencias?
Muchos dirán que el objetivo es “disminuir a la población”, fin documentado por
eugenesistas en libros como Ecoscience y declaraciones de
magnates como Ted Turner. No obstante, cabe considerar que las cifras oficiales
de muertos, tomando el caso del 27-F, no superan los 600. En este sentido,
HAARP no sería un arma muy “eficiente” a ojos de estos posibles hechores.
Pero todo rumor tiene su origen. Fue justamente una presunta
monja de nombre Sorcha Faal quien lanzó
la primera piedra y sostuvo que Estados Unidos estaba detrás del
fatídico terremoto de 8.8 grados, citando presuntas declaraciones del primer
ministro Vladimir Putin. Faal también adjudicó el terremoto de Haití al
intencionado accionar de HAARP.
Al respecto, el periodista francés Thierry Meyssan, jefe de
la Red Voltaire, expuso en un
artículo: “Uno de nuestros colaboradores intentó ubicar la raíz de la
imputación según la cual el terremoto en Haití podría ser [de origen]
artificial. Él se preocupó sobre todo por saber si esta información no era más
que una simple intoxicación [desinformación] introducida por un tal David Booth
(alias Sorcha Faal) y que se habría propagado en los círculos gubernamentales
del mundo”.
Meyssan señaló además que los medios occidentales habían
tomado como cierta la información, publicando comentarios inexistentes de Hugo
Chávez en relación a la presunta mano siniestra de HAARP. La noticia fue
reportada en medios como Fox
News y Russia
Today. “Curiosamente, la televisión venezolana cita como fuentes de sus
informaciones designando al ejército ruso, mientras que la televisión rusa cita
sus fuentes designando al presidente Chávez”, remarcó Meyssan.
En su momento, Sorcha Faal también afirmó ridículamente que
la erupción del volcán Chaitén había
sido ocasionada por el Colisionador de Hadrones (CERN).
Conclusión
En resumidas cuentas, muy pocos antecedentes existen para
afirmar fehacientemente que HAARP está detrás de los sismos más fuertes en
Chile.
El
caso más reciente de alarmismo fue protagonizado por el ingeniero de
la Universidad de Chile, Pedro Gaete. Y aunque diversas personas lo tienen en
un pedestal por desafiar a la ONEMI, muchos olvidan sus erradas predicciones de
que Chile se partiría en tres partes, o que el planeta sufriría los efectos de
un agujero negro llamado Elenin. Muchos deciden creer que un sismo de 7.2 es
idéntico a uno de 9.4, con devastador tsunami incluido, e ignoran las
inversiones de Gaete en una planta termosolar que no sufrirá los efectos de
ningún cataclismo… al menos hasta 2014.
Hoy nos enfrentamos al desafío de informar con seriedad y
rigurosidad, contrastando la mayor cantidad de antecedentes posible para
concientizar a la población sobre temas inexistentes en la oferta mediática
convencional. Como dice Carl Sagan, “afirmaciones extraordinarias requieren
evidencia extraordinaria”. No permitamos que nuestra labor colectiva se
transforme en un circo sensacionalista, donde el sentido crítico esté
restringido a un solo segmento de la información que recibimos, sesgado por
apariencias y no basado en la búsqueda de pruebas palpables.
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